REFLEXIÓN DOMINGO 31
Antes de las vacaciones de verano, pensaba en que leería muchos más libros que el año pasado. Pero ahora, a falta de pocos días para su finalización, no es así. Me encanta leer, eso es verdad. No he perdido ese gusto tan bonito por la lectura, pero hay veces que mi cuerpo y mi mente no quieren disfrutar de ello.
También creo que es por las tecnologías, tal vez, un poco de descanso en esto del blog, no me iría mal... Sin embargo, no quiero dejar a mis seguidores sin entradas. Bueno, cuando estoy en la red, no estoy entreteniéndome y a la vez, perdiendo el tiempo. Busco información, miro lo que pasa en la comunidad lectora, etc. Ahora he minimizado el tiempo, para poder leer más. Aún así, he deducido que no es la falta de tiempo, el obstáculo que me dificulta una de mis pasiones, sino los ánimos. A veces, salgo a dar una vuelta y me siento mejor, pero a veces, me apetece descansar. Actualmente, no sé porqué tengo tan pocas ganas para leer. Ya sabéis, que yo soy un bibliófilo, pero desconozco la causa.
Yo creo que, un aislamiento de las redes sociales y el blog me iría bien un tiempo, pero entonces, me encuentro con el problema de la actividad en este. Estoy leyendo un libro que me está gustando, mas no encuentro el momento justo para leer. Normalmente, es por la noche, porque es el momento de la inspiración. No obstante -creo- que leo mucho menos tiempo del que me gustaría. Tampoco tengo porqué obligarme, sino no disfrutaría. No sé. Estoy ansioso de leer y maximizar mis lecturas, mas no puedo por algo que no conozco. En fin, creo que en cuanto empiece el curso, voy a emprender mis lecturas con más ritmo.
¡Esta ha sido mi reflexión! Espero que os haya gustado. También espero que pueda rendir más en la lectura.
¿Qué pensáis? ¡Nos leemos!
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