Capítulo
9 Maitasuna
Pasan únicamente tres
minutos desde que recibe el mensaje. Esos tres minutos los invierto para
alegrarme, recibir cosquilleos y soñar. En breves instantes ella me responde:
-Ahora
sí que estoy enamorada.
Algo que yo pensaba que
nadie me lo diría. Una persona como yo, tan tímida y a veces, tan cerrada
conmigo mismo.
Estoy muy emocionado y me
quedo totalmente sin palabras. El
silencio irrumpe en mi habitación durante unos segundos. Pero no es por la
emoción, (que también) sino por el futuro que nos deparará después de expresar
nuestros sentimientos. De pronto, se introduce una palabra que reemplazará
nuestra amistad. Y no es
precisamente, novios…
-¡No
quiero que nuestro castillo se
derrumbe!
-Nunca
se va a derrumbar -respondo con total franqueza.
Nuestro castillo será inexpugnable. Eso lo tengo claro. Estoy tan
emocionado. Ojalá pudiera encontrarla y estar con ella, vivir momentos
inolvidables… No sé porque la vida es tan mala como para separarnos unos
eternos y largos seiscientos kilómetros.
Después de hablar un largo
rato y decirnos cosas bonitas, ella se va a cenar. Hablamos un poco más hasta
que ella se va a dormir… Nos despedimos con nuestro típico Gabon (que en vasco significa buenas
noches) y yo también me dispongo a dormir. Ha sido un día totalmente encantador.
Vuelvo a estar en los brazos de Morfeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario